miércoles, 20 de agosto de 2014

Carta a la sociedad

Cuando estamos pequeños, la mayoría de las veces no le tenemos miedo a nada; desde ensuciarnos (si en efecto también las niñas nos ensuciamos) o divertirnos en un charco con agua sucia, comer hasta reventar de golosinas y reír hasta que el refresco sale por nuestra nariz...sin embargo, y por alguna extraña razón, con forme vamos entrando más a las "reglas y normas" de la sociedad comenzamos de alguna manera a cambiar nuestra forma de ver la vida. Esto ocurre en un primer escalón social que es la primaria (aunque usted no lo crea para muchos el kinder es de chocolate) ahí entramos a un mundo en donde nuestro cerebro y nuestras actitudes son llevadas a un nivel de seguir ordenes y que cada error debe de enseñarnos dolor no un aprendizaje, lejos de hacernos ver que nuestros errores son proporcionales a lo que día a día aprendemos y que tiene una forma de solucionarlos, sin causar de ello un  pecado por no hacerlo.

Y querido lector no es que me este poniendo sentimental hoy, pero si quiero hacer llegar este contenido a una sociedad, que durante muchos años (desde la conquista) después de ser un país de guerreros pasamos a ser un país de personas sometidas, obligadas a un cambio que nunca entendimos y que actualmente estamos en las mismas; malinchistas por excelencia, envidiosos, flojos y que cuando alguien nos propone un cambio sentimos que es pecado y que mejor por la "orillita" las cosas están más tranquilas. Aunque seamos honestos, ¿quien cree que las cosas por la orillita o despacito son las mejores?, ¿por qué pasamos de ser esos niños soñadores y que nos les importaba nada más que disfrutar del día a día, a ser esas maquinas humanas con poder ilimitado programadas solamente para cumplir una función rutinaria y sin sentido por 40 años? (Publico conocedor, aquí le aclaro que no tengo nada en contra de la chamba o de la jaula de oro falso, es simplemente mi forma de ver las cosas no para juzgarlos, cada quien se mata a su manera).

¿Cuando pasamos a renunciar a tener siempre una sonrisa y las rodillas llenas de lodo a siempre tener arrugas arriba de los ojos y a quemarnos la boca con un café caliente por la mañana? Es que se ve que es la sociedad quien nos va dando una evolución en "retroceso", nos va poco a poco convirtiendo en robots; y muchas veces no comienza ahí, muchas veces la "sociedad pequeña" (la casa para que entendamos mejor) esta llena de nuestros enemigos más crueles, si aquellos que sin saberlo, lejos de protegernos nos causan un terrible mal; ¿nunca han visto a un padre que le va atando poco a poco a su hijo sus sueños en el piso? Es muy común que las frases de: "eres un tonto" "a ver quítate inútil" siempre salgan a relucir ¿por qué? simplemente porque el papá no desea que su hijo "salga del nido" o que en su defecto se sienta siempre protegido por ellos...cometiendo errores que marcan de por vida.

Si como sociedad, entendiéramos que esto lejos de hacer crecer a nuestros jóvenes, los limita, pronto tendremos una sociedad de robots sin alma y con un objetivo: acabarse el cuerpo en una jaula de oro falta.